Clara Motos, experta en dermofarmacia y farmacéutica de DosFarma, explica algunas claves para protegernos del sol y evitar así los efectos negativos que los rayos solares pueden provocar en nuestra salud.
En la actualidad, el 92% de las personas reconoce que la exposición al sol puede causar problemas en la piel, así como a la salud en general, pero tal y como reflejan los últimos datos de la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV), tan solo un 18% lleva a cabo acciones para protegerse del sol. Los rayos solares llamados UVA y UVB (conocidos comúnmente como rayos ultravioleta) pueden llegar a cambiar la estructura de la piel si esta se encuentra expuesta de manera continuada al sol, pudiendo provocar manchas, quemaduras solares, arrugas prematuras o lunares, lo que puede desembocar en un cáncer de piel (melanoma).
Sin embargo, el sol es capaz de aportar distintos beneficios a nuestra salud, siempre y cuando seamos conscientes de la atención que requiere. El desarrollo de la vitamina D, la cual ayuda al cuerpo a absorber el calcio (uno de los minerales imprescindibles para la formación normal de los huesos), o la producción de serotonina, un neurotransmisor relacionado con la sensación de bienestar, son algunos de los beneficios que aportan los rayos de sol, procurando siempre no exponernos al sol en exceso y mucho menos sin protección alguna. Por ello, Clara Motos, experta en dermofarmacia y farmacéutica de DosFarma, la farmacia online líder en España dirigida por Juan Desmonts, ofrece una serie de consejos para conseguir una exposición solar segura, que si bien pueden servir como punto de partida para elegir el protector solar que mejor se adapta a nosotros y a nuestras necesidades, no hay que olvidar que “cada piel es un mundo, y aunque tener en cuenta estos elementos es muy importante, lo mejor para salir de dudas es acudir a un especialista que te indique el mejor tratamiento para nuestra piel”, asegura Motos.
La importancia del factor de protección solar
El factor de protección solar (SPF) es la medida de capacidad que tiene un fotoprotector para evitar que los rayos UVB provoquen quemaduras y problemas en la piel. Existen diferentes factores de protección solar, que abarcan desde el SPF 5 hasta el SPF 50+. “Asimismo, independientemente del protector que se utilice, se debe reaplicar cada dos horas”, explica Clara Motos. Aun así, la experta en dermofarmacia de DosFarma recalca que después del baño o de hacer ejercicio es necesario aplicar el protector de nuevo para evitar daños en la piel.
Otro factor a tener en cuenta al respecto es el tono de piel, diferente en cada persona, llamado fototipo. Su clasificación se realiza teniendo en cuenta la tonalidad, capacidad de broncearse y el tiempo mínimo que tarda la piel en mostrar una quemadura tras haber estado expuesta al sol sin protección.
Tipos de radiaciones solares: UVB, UVA, infrarrojos y luz visible
Es conveniente asegurarse de que el fotoprotector que se usa sea de alto espectro, de manera que sea capaz de proteger frente a todos los tipos de radiaciones solares, ya sean rayos ultravioleta (UBV y UVA), rayos infrarrojos y luz visible. Además, la farmacéutica de DosFarma recuerda la importancia de de evitar las horas con mayor radiación solar, que abarcan desde las 10:00 de la mañana hasta las 16:00 de la tarde. “En esta franja horaria es especialmente desaconsejable exponernos a los rayos solares, y de hacerlo hay que llevar mayor precaución”, afirma Motos.
- Los rayos UVB son aquellos que inciden directamente en la epidermis, la capa más superficial de la piel. Este tipo de radiación es la responsable de que se active la melanina y la piel se broncee, pero también la causante de las quemaduras provocadas por el sol, así como de posibles alergias e incluso cáncer de piel.
- Los rayos UVA penetran en las partes más profundas de la piel y, además, provocan el envejecimiento y la aparición de manchas en la misma. Asimismo, su efecto es a largo plazo por lo que es muy importante protegerse de este tipo de rayos para evitar la aparición de arrugas.
Por otro lado, y según matiza Clara Motos, “también existen otros dos tipos de rayos: los infrarrojos y la luz visible, que influyen y potencian los efectos dañinos de los rayos UVB y UVA”:
- Los rayos infrarrojos llegan al nivel más profundo de la piel, provocando la deshidratación.
- La luz visible emitida por el sol es responsable del estrés oxidativo de la piel, ya que penetra en las capas profundas, ocasionando manchas y el envejecimiento prematuro de la propia piel.
Las cremas solares caducan
Resulta extraño gastar en un verano un bote entero de crema solar, guardándolo para el año siguiente, aunque olvidamos o no somos conscientes de que las cremas solares caducan. “En la descripción que encontramos detrás del producto, normalmente en la parte inferior, podemos identificar un símbolo de una crema abierta donde aparece el tiempo que dura el fotoprotector, con un número y la letra M”, explica la experta en dermofarmacia. “Así, si por ejemplo pone ‘9M’ significa que ese producto tiene una duración de 9 meses desde que se abre para su primera aplicación”.
Además, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), es necesario conservar el producto en un cuarto seco y fresco donde la temperatura se mantenga estable, a unos 22 grados aproximadamente. Si al abrir el bote la crema huele mal, tiene un aspecto atípico o su textura es muy líquida, es probable que no se haya conservado bien y haya perdido su efectividad.
¿Cuál es la cantidad ideal de protector solar?
“Para la piel del rostro, la cantidad adecuada son dos líneas extendidas en dos dedos. En cuanto al cuerpo, 2 miligramos de crema solar por centímetro cuadrado del cuerpo en cada exposición al sol para que sea efectiva, lo que equivaldría a llenar la mano de crema en cada aplicación”, explica la farmacéutica de DosFarma. Es aconsejable aplicarla 30 minutos antes de exponernos al sol, y usar siempre factores de protección superiores a 30.
Usar diferentes cremas solares para la cara y el cuerpo
La piel del rostro y la del cuerpo tienen distintas características y necesidades, y es por ello que los protectores solares también se diferencian entre corporales y faciales en su labor de protegerse del sol. “La formulación no suele ser la misma ni en textura ni en cuanto a formato”, comenta Motos.
Protegerse del sol también en días nublados
No debemos engañarnos bajo la premisa de que en los días nublados el sol no puede crear problemas en la piel y dañarla. Incluso en estos días muy nublados, protegerse del sol resulta más que aconsejable para la salud, si bien podemos utilizar un factor de protección más bajo (como el 15 o el 20). Especial cuidado hay que llevar durante los días nublados del verano, protegiendo nuestra piel de forma muy similar a los días de sol, ya que la radiación ultravioleta es fácil que se filtre.
La fotoprotección oral no es sustitutiva de la tópica
Aunque la protección solar vía oral puede llegar a ser complementaria de la fotoprotección tópica, es necesario destacar, tal y como hace Clara Motos, “que en ningún caso estas cápsulas, utilizadas para proteger del sol nuestra piel y obtener un bronceado más moderado, deben sustituir a los protectores solares”.