La vitamina C se ha convertido en uno de los súper ingredientes de la cosmética, especialmente en el grupo que combate los efectos de la edad.
Detenerse en la importancia del cuidado de la piel implica hacerlo en aquellos hábitos y rutinas que lo potencian. Y aunque no se trate con la frecuencia debida, cada vez es mayor la información que se posee para tratarla de la manera más natural posible. Es el ejemplo de la vitamina C, un componente sobradamente conocido por sus interesantes beneficios y que también puede actuar sobre la piel con eficacia. Esta entrada de blog resuelve todas esas dudas.
Para qué sirve la vitamina C: beneficios en la piel
La vitamina C está presente en la naturaleza y es imprescindible en el desarrollo y crecimiento humano. Es una vitamina hidrosoluble, que se oxida con facilidad, y es especialmente sensible a la luz, al calor y al aire. Funciona como un potente antioxidante que contribuye a prevenir el daño que producen los radicales libres. Además, diversos estudios demuestran que ayuda a prevenir el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. De ahí que sea esencial incluirla en la alimentación.
La vitamina C se ha convertido en uno de los súper ingredientes de la cosmética, especialmente en el grupo que combate los efectos de la edad. Estos son algunos de esos beneficios:
- Neutraliza la acción de los radicales libres, previniendo el fotodaño cutáneo y el fotoenvejecimiento.
- Acción antiedad que estimula la síntesis de colágeno de la piel, mejorando el aspecto de las arrugas y aportando firmeza.
- Actúa como agente depurativo del organismo.
- Resulta muy eficaz en el tratamiento de lesiones epidérmicas.
- Ayuda a mejorar el aspecto de las manchas.
- Aporta una increíble luminosidad.
- Es un potente fotoprotector, ergo no es un protector solar, pero sí ayuda a regenerar la piel de los daños producidos por estas radiaciones. Es conveniente tomarla o aplicarla después de una exposición al sol.
¿Cómo contribuye la vitamina C en la mejora de la piel?
Si el aspecto de la piel no es el idóneo, ingerir o utilizar productos con vitamina C para mejorar su aspecto puede convertirse en una solución adecuada. El uso continuado de este nutriente permite incrementar la producción de colágeno, lo que se traduce en una piel más densa y unas líneas de expresión más tenues.
Además, es capaz de regular de forma eficaz el funcionamiento de la melanina, convirtiéndola en una aliada idónea en esa lucha personal que se mantiene con las manchas cutáneas.
La vitamina C actúa por igual en todo tipo de pieles. Por ejemplo, en tratamientos para pieles con acné este nutriente básico puede ayudar a limpiar la dermis desde el interior. Si el problema, por ejemplo, lo genera un brote de rosácea, la vitamina C también contribuye a calmar y restablecer el equilibrio de la piel.
¿Cómo actúa la vitamina C en el rostro?
La vitamina C es una de las vitaminas que presentan un mayor poder antioxidante. Llevando a cabo un aporte extra de vitamina C en nuestra alimentación o simplemente usando cosméticos que la contengan favoreceremos el incremento de la producción de colágeno, que es fundamental para evitar la aparición de signos de la edad como las manchas cutáneas, las arrugas o las líneas de expresión. El uso o aporte de esta vitamina dota a la piel de un brillo y una luminosidad casi al instante, de ahí la importancia de la vitamina C.
La vitamina C es una de las vitaminas con un mayor poder antioxidante junto con la vitamina E.
Sérum con vitamina C: ¿Qué propiedades tiene?
Poniendo el foco sobre productos que la contienen, el sérum con vitamina C es uno de los artículos estrella, centrando así el objetivo en la piel del rostro.
De manera genérica, aunque cada producto puede implicar ciertas especificaciones, el sérum con vitamina C es un tratamiento intensivo de choque para combatir el fotoenvejecimiento cutáneo del rostro.
Disminuye notablemente la aparición de arrugas al estimular la síntesis de colágeno, constituyente esencial de los tejidos de sostén de la piel, lo que se traduce en una piel más gruesa y firme. Además, incrementa la resistencia y elasticidad de la dermis, reafirmándola para conseguir un aspecto más joven. Y como añadido, ejerce como coadyudante en tratamientos despigmentantes y antiarrugas.
El sérum con vitamina C suele utilizarse una o dos veces al día, por la mañana y/o por la noche, y se recomienda su aplicación tras la limpieza del rostro y antes de utilizar la crema hidratante habitual.
Alimentos que la contienen
Pese a ser una de las vitaminas más necesarias para el correcto funcionamiento del organismo, sobre todo para la salud y en concreto para el cuidado de la piel, el cuerpo humano por sí mismo no es capaz de producirla, debiendo obtenerla de forma externa.
Por ello, es especialmente recomendable la ingesta regular de alimentos ricos en vitamina C, lo que permite evitar la aparición de enfermedades como el escorbuto. Son diversas las frutas y verduras que contienen esta vitamina: kiwi, piña, fresas, sandía, melón, brócoli, coliflor, pimientos, espinacas, patatas blancas o tomates. Pueden consumirse por separado, aunque puede resultar más atractivo comerlas en sabrosos zumos, batidos, cremas o purés.